(¡Mi primera traducción sin ayuda! Espere errores y no se decepcionará. Todos los enlaces son para páginas en inglés.)
“¿Pero porque te fuiste de Estados Unidos?”
Los madrileños deben hacerme esa pregunta al menos una vez a la semana. Algunos parecen mistificados. ¿No es Estados Unidos más rico de España? ¿Los estadounidenses no pueden caminar por las calles que conocen de todas las grandes peliculas? Por supuesto, han oido de los horrores de Trump, ¿pero no es Trump un producto de “Fox News America?” California no es “Fox News America,” ¿verdad?
“Es una historia larga,” a menudo contesto, y ahora frecuentemente cambio de tema. Me siento cohibido. Realmente no “me fui,” no mientras conservaba la ciudadania EEUU. España me permitió vivir en el país a largo plazo. No es un gran cosa.
Pero, con eso dijo: no he visitado Estados Unidos desde la llegada de mi vuelto en Madrid en 2016, y no tengo planes de regresar. Evito las preguntas porque no sé como explicar esa perspectiva a los españoles. Lo intentaré ahora.
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Estados Unidos se retrata a sí mismo. España también, al igual que otros países. En noticias, titulares, videos, programas de entrevista y debate, anuncios, comedias, tráilers de películas, en su diluvio incansable de medios convencionales, Estados Unidos pinta su propio retrato fluido. Le dice a su gente lo que es.
Desde la presidencia de G.W. Bush, 9/11, la guerra en Irak y las revelaciones Snowden, he pensado que este autorretrato está extrañamente en desacuerdo con el país que puedo ver con mis propios ojos. Las explicaciónes de los gastos y el papel de las fuerzas militares parecen especialmente surrealista, alucinante.
Considere:
(♦) El autorretrato de Estados Unidos ahora incluye la admisión de que la guerra de Irak fue un “error.” “Mal aconsejado,” un politico o una analista podría decir. “Si hubiéramos sabido en aquel tiempo lo que sabemos ahora, por supuesto, nos habríamos comportado diferentemente.” La admisión no inspira un examen de conciencia público; no, generalmente está otorgado rapidamente, incómodamente, como dinero en una apuesta perdida. Algunos podrían atreverse a hablar de su apoyo pasado con humor autodespreciativo, ya que uno podría lamentar el pago del precio de lista completo de una lavadora el día antes de la venta a mitad de precio. ¡Oh oh! ¡Mala mía! Estas cosas pasan.
Considere las dimensiones del “error:”
Entre un cuarto y medio millón estadounidenses y iraquíes murieron en la guerra — cifras aproximadamente igual con la poblacion de Granada o Gijón por la estimación baja y con la poblacion de Murcia o Málaga (o Long Beach en Estados Unidos) por la estimación alta. Dirigí excursiones para niños en Long Beach, y lucho por imaginar una ciudad poblada sólo por muertos: cientos de miles de cadáveres sangrientos y sin vida desde Belmont Shore a Compton College, cubiertos por los rieles del barco Queen Mary, pudriéndose al lado del tanque de tiburones en el aquario. Algunos recuentos de cadáveres son aún más altos, alcanzan a las siete cifras. Cientos de miles más sufrieron lesiones permanente: extremidades perdidas, la pérdida de ojos, oídos, sentidos.
La guerra tambíen costó más de tres trillones de dólares: una suma incomprensiblemente vasta, más de 1.5 veces el valor de las tierra agrícolas en Estados Unidos continental, casi seis veces el valor de las propiedades gravables en las ciudades de Nueva York y Washington D.C. conjunto. ¿Que habría pasado si los lideres hubieran invertido estos fondos por cuenta de sus ciudadanos, como Noruega con su excedente de rentas petrolera? Hoy el fondo soberano de inversión de Noruega tiene un valor de más de un trillon de dólares, o casi doscientos mil dólares de riqueza ahorrado por cada ciudadano nórdico.
La ausencia de responsibilidad pública por el “error” parece fantasmagórica, onírica. El autorretrato nacional incluía imágenes interminables de los horrores del EIIL, pero poco sobre el papel obvio y fundamental de la guerra en el crecimiento del EIIL. Los politicos que se presentaron a sí mismos como centuriones del balance financiero en debates sobre la deuda pública tuvieron poco que decir sobre su animo por la guerra sin punta de tres trillones.
(♦) Los estadounidenses que consumen el autorretrato nacional podría creer que su nación esta defendida por una fuerza militar verzonzosamente débil. Las voces citados sugieren eso. Muchas estadounidenses creen que su fuerza militar está subfinanciado. El político Ted Cruz se ha referido a ella como debilitada, trágicamente anémica; otro, Marco Rubio, ha dicho que ella ha sido atenuada, eviscerada. El senador John McCain amenazó cerrar el gobierno para obtener más gasto militar. Un votante podría imaginar tropas cargando viejos rifles oxidados en vestidos de batalla andrajosos, buscando comida en basureros, preparando sombríamente rocas y lanzas para lanzar contra las hordas a punto de invadir las playas estadounidenses.
¿Cómo se compara esta fuerza debilitada, anémica, atenuada y eviscerada con otras?
Visita armedforces.eu o globalfirepower.com, haz algunas comparaciones.
La fuerza militar de Estados Unidos es la más grande y poderoso del planeta. Por mucho. El presupuesto militar de EEUU es tres veces mayor que el de China, más de trece veces mayor que el de Rusia. El presupesto militar de EEUU en un solo año podría pagar cuatro túneles transatlánticos, o cuatro estaciones espaciales internacionales, o cuatrocientos Burj Khalifas. En un solo año.
Tengo edad suficiente para recordar la justificación de este tumor colosal en el balance financiero: la Guerra Fría. Sputnik. “Te enterraremos.” La crisis de los misiles cubanos. Pero la Guerra Fría terminó hace más de un cuarto de siglo. Putin ha dicho que EEUU es “probablemente la única superpotencia del mundo.”
Es dificil explicar a los europeos lo raro y sofocante que se sentía absorbar este autorretrato mientras vivía en el suelo estadounidense: en el cuarto país más grande del planeta, flanqueado por dos grandes océanos, donde solo el treinta por ciento de los ciudadanos tienen pasaportes. 2 + 2 ya no eran 4, no se podían, no se les permitía.
Tampoco tenía permiso para sentir vergüenza. Collateral Murder, ataques drones en fiestas de bodas, prisiones ocultados, Guantanamo Bay, tortura. ¡Solo errores! ¡Mala mía! Solo errores, como Irak.
En 2016, como un perro enfermo comerá hierba para inducir náuseas, Estados Unidos envió a un deidad a la Casa Blanca: Shiva, dios hindu de destrucción. Shiva ha sido trabajando 24/7 desde entonces: golpeando instituciones y alianzas, degradando la presidencia, despidiendo a los competentes, promoviendo a los paniaguados. Parte del autorretrato nacional ha evolucionado: ¡todo es la culpa de Shiva! ¡Ojala que los votantes hubieran elegido Jeb Bush (el hermano de Dubya), o Marco Rubio! ¡Todo sería bien otra vez! Mira: Dubya apareció en la programa de televisión de Ellen! Él debe ser un tío súper, no?
Mis libros de historia me dicen que las distorsiones alucinatorias que veo en el autorretrato estadounidense no son nuevas, no faltan precedentes. La prensa china aún no mira honestamente al legado del pasado líder Mao Zedong, quien mató a decenas de millones en el Gran Salto Adelante. La prensa de Beijing también no cerró después la masacre en la Plaza de Tiananmen; los reporteros deben haber encontrado maneras en que podrían parecer audaz y independiente sin cruzando líneas rojas ocultas. Stalin encarceló a biólogos que se oponían al Lysenkoism pseudoscientifico; los Nazis quemaron los libros de Einstein, abogaron una “Fisica Aria” absurda. La misma pauta. 2 + 2 = 4 cuando las noticias de la tarde anuncian permiso para que el público cuente consus dedos. No antes.
Dejé un país con virtudes importantes. Los estadounidenses — la gente, no el gobierno — a menudo son amistosos, igualitarios, aufosuficientes. Extraño el valiente optimismo de muchas familias que conocí como maestro en el casco urbano de Los Angeles, siento solo gratitud y respeto por los voluntarios, maestros y partidarios que conocí a través de TransitPeople y antes. Un mentalidad demasiado común que ‘es bueno si hace dinero‘ puede amenazar al planeta entero, pero muchas empresas estadounidenses ganaron el liderazgo de manera justa, por sus propios méritos. Mis estancias de voluntariado en las escuelas de Madrid muestran fortalezas en el sistema educativo en California. Mira las clasificaciones universitarias mundiales.
Con esto dijo:
Soy un maestro jubilado, sin voz ni papel en los asuntos estadounidenses. Puedo reconocer a Trump como un síntoma de un país enfermo, pero no puedo curar esta enfermidad. Siento simpatía por los viejos amigos, colegas y estudiantes, pero no he mirado hacia atrás.
Mi gota que colmó el vaso podría haber sido el ataque aéreo EEUU en 2015 contra el hospital Médecins Sans Frontiéres en Kunduz. Si esta en España: puede quejarse de corrupción politica, los toros, la monarquía, otros asuntos. Bien; eres un votante, tienes derecho a tu opinión.
Pero unas preguntas: ¿Madrid bombardea hospitales? ¿Madrid maneja prisiones secretas, mata inocentes con drones en fiestas de boda? ¿La prensa en España da tinta y tiempo de transmisión a politicos y eruditos que reclaman que militarismo a miles de kilómetros afuera de la Península Ibérica es necesario para “proteger las libertades españoles?” ¿El mundo vea su país como la mayor amenaza para la paz mundial? ¿Y era realmente tan extraño por juzgar este autorretrato come espantosamente surrealista, por querer vivir otra vez en un mundo de 2 + 2 = 4?